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El capitán que no se rinde
Cuando se habla de la historia del fútbol venezolano, hay un nombre que destaca con letras propias: Salomón Rondón. A sus 35 años, el delantero sigue siendo el estandarte de la Vinotinto, no solo por su capacidad goleadora, sino por su liderazgo, entrega y compromiso con una selección que, por primera vez, tiene una verdadera oportunidad de clasificar a una Copa del Mundo.
Rondón no solo es el máximo goleador en la historia de la selección nacional con más de 40 tantos, sino también el símbolo de una generación que no ha dejado de creer. En esta etapa de las eliminatorias rumbo al Mundial 2026, su figura ha sido clave dentro y fuera de la cancha.
Goles que abren caminos
En las últimas jornadas de eliminatorias, Salomón ha vuelto a ser protagonista. Su gol de penal ante Perú fue decisivo para sumar tres puntos vitales que mantienen a Venezuela en la pelea por el repechaje. Ese tanto no solo fue importante por el resultado, sino también por el mensaje que transmitió: la Vinotinto está más viva que nunca.
En el partido contra Ecuador, aunque no anotó, su participación fue crucial para abrir espacios, retener el balón y mantener al equipo en ofensiva. Rondón demuestra que, incluso en el tramo final de su carrera, sigue teniendo la calidad y la mentalidad competitiva necesarias para marcar la diferencia.
Un liderazgo que trasciende
Más allá de los goles, Rondón ejerce una influencia silenciosa pero poderosa dentro del grupo. Los más jóvenes lo respetan, lo escuchan y aprenden de su experiencia. Su presencia es un puente entre el pasado, cuando Venezuela luchaba por no quedar última, y el presente, donde sueña con un boleto mundialista.
El seleccionador Fernando Batista lo tiene claro:
“Salomón es nuestro referente. Su profesionalismo, su forma de guiar al grupo, su compromiso… Es el jugador que todos quieren tener”.
Yangel Herrera, uno de los pilares del mediocampo, también lo expresó:
“Con Rondón al lado, uno se siente respaldado. Siempre está ahí para empujar al grupo y recordarnos que podemos lograrlo”.
Un recorrido de resiliencia
La carrera de Rondón ha estado marcada por la constancia y la resiliencia. Formado en el Aragua FC, emigró joven a España, donde pasó por Las Palmas y Málaga. Luego brilló en la Premier League con el West Bromwich y el Newcastle, y más adelante en Rusia, China, Inglaterra nuevamente y México. Hoy, defiende los colores del Pachuca en la Liga MX, donde sigue anotando con regularidad.
Ha enfrentado lesiones, críticas, presión y cambios de entrenadores, pero siempre ha respondido con goles, disciplina y trabajo. A diferencia de otras estrellas que bajan el ritmo con los años, Salomón ha demostrado un físico admirable y una ética de trabajo impecable.
El goleador de todos los tiempos
Con más de 40 goles en 100 partidos con la Vinotinto, Rondón es el máximo artillero en la historia de la selección venezolana, superando ampliamente a nombres como Juan Arango o Giancarlo Maldonado.
Su promedio de gol con la camiseta nacional es notable, considerando que muchas veces ha tenido que remar en un equipo que no siempre jugaba para él. Lo suyo no ha sido producto del azar, sino de la consistencia.
Sus goles han llegado en todas las competencias: amistosos, Copa América y eliminatorias. Pero es en este último torneo donde más se ha hecho sentir.
El sueño mundialista, más cerca que nunca
Para Salomón Rondón, clasificar a un Mundial no es solo una meta deportiva: es una deuda histórica con el país y con su propia carrera. Ha vivido eliminatorias dolorosas, partidos donde la Vinotinto estuvo cerca y no alcanzó, y otros donde todo parecía perdido desde el inicio.
Hoy, esa historia está cambiando. Venezuela se mantiene en la zona de repechaje, y depende de sí misma para alcanzar un cupo histórico al Mundial 2026. Con seis fechas por disputarse, Rondón lidera un equipo joven, ambicioso y comprometido, que combina experiencia con talento emergente.
El respeto de la región
En cada estadio sudamericano, Salomón es respetado por rivales y colegas. Jugadores de otras selecciones lo saludan con admiración. Entrenadores rivales lo elogian como un delantero de jerarquía.
Incluso medios internacionales reconocen su vigencia. En Argentina, el diario Olé lo describió como “un caudillo que juega con el corazón”. En Brasil, Globo Esporte señaló que “Rondón es el símbolo de una Venezuela que ya no se conforma con competir”.
Ese respeto es fruto de una carrera ejemplar.
¿Qué sigue para Rondón?
Aunque aún no ha anunciado nada, Rondón ha dejado entrever que el Mundial 2026 podría ser el cierre perfecto de su carrera internacional. De clasificar, sería el primer venezolano en disputar una Copa del Mundo. Y, seguramente, también el primero en anotar para la Vinotinto en ese torneo.
El delantero ha dicho:
“Mientras tenga fuerzas, seguiré defendiendo estos colores. No sé si me alcance para el Mundial, pero lo voy a pelear hasta el último minuto”.
Todo indica que tiene la motivación, el físico y la mentalidad para lograrlo.
El impacto fuera de la cancha
Rondón también es una figura positiva fuera del campo. Participa en iniciativas sociales, promueve valores de esfuerzo y humildad, y es ejemplo para miles de niños venezolanos que sueñan con llegar lejos a través del fútbol.
En tiempos de crisis, su figura trasciende lo deportivo. Es un símbolo de esperanza, de lucha y de posibilidad. Para muchos, representa lo mejor del país en medio de tantas dificultades.
Conclusión
Salomón Rondón no solo mantiene viva la ilusión mundialista de Venezuela: la encarna con cada gol, cada grito de aliento, cada gota de sudor. A sus 35 años, sigue siendo el faro de una selección que ha aprendido a creer en sí misma.
Si Venezuela logra clasificar al Mundial 2026, será, en gran parte, gracias a su capitán. Y si no lo consigue, Rondón ya habrá ganado el reconocimiento eterno de un país que, por fin, sueña con hacer historia en el fútbol.
Porque hay jugadores que hacen goles. Y hay otros, como Salomón Rondón, que hacen historia.