La tasa de inflación de Venezuela, que ya es con mucho la más alta del mundo, aumentó de 4.966 por ciento a casi 18.000 por ciento en marzo y abril, una tendencia que, si continúa, podría empujar la tasa anual del país a más de 100.000 por ciento a finales de año, dicen los economistas.
La tasa del 17,968 por ciento registrada a finales de abril ya superó la tasa del 13,864 por ciento prevista por el Fondo Monetario Internacional para todo el 2018.
“Lo que estamos viendo en este momento es un salto gigantesco en la inflación”, dijo Steve Hanke, profesor de la Universidad Johns Hopkins y uno de los principales expertos en inflación del mundo, a El Nuevo Herald.
“Y podría ir mucho más alto de lo que estamos viendo hoy”, agregó Hanke, quien calculó la cifra de 17.968 por ciento. Lleva un registro diario de la inflación en Venezuela.
En comparación con los récords mundiales de hiperinflación, lo que está sucediendo en Venezuela es modesto. Hungría sufrió una inflación diaria del 207,19% en 1946. La inflación de Venezuela en marzo y abril fue de alrededor de 80 puntos porcentuales por mes.
Pero la alta inflación ha sido devastadora para los venezolanos, cuyos salarios a menudo no son suficientes para pagar una comida al día.
Datos concretos
Un kilogramo (2.2 lbs) de carne cuesta hoy en día cerca de 2 millones de bolívares, o cerca de $2.35. Pero el salario mensual de un cirujano era de menos de 6 millones de bolívares a mediados de abril.
Preocupado por el creciente descontento entre los venezolanos, el gobierno de Nicolás Maduro casi duplicó el salario mínimo el lunes, elevándolo a 2,5 millones de bolívares mensuales.
Se espera que ese aumento duplique rápidamente todos los salarios en Venezuela y que vierta más gasolina en las llamas de la hiperinflación, según los expertos.
El gigantesco superávit de bolívares que circula en Venezuela, resultado de imprimir cada vez más moneda para cubrir un monumental déficit presupuestario del gobierno, es uno de los principales impulsores de la inflación del país, dijo Alexander Guerrero, un economista venezolano que vive en Estados Unidos.
El aumento salarial ordenado por Maduro simplemente pondrá más bolívares en manos de los consumidores, que se apresurarán a comprar los pocos productos disponibles en las tiendas y, por lo tanto, elevarán aún más los precios.
El gobierno también ha aumentado el gasto en programas populistas al tratar de alentar a los venezolanos a votar en las controvertidas elecciones presidenciales programadas para el 20 de mayo.
“Estos elementos están empujando al país hacia una espiral hiperinflacionaria que está ganando fuerza”, dijo el economista de Caracas Orlando Ochoa.
“En este momento estamos viendo una tasa promedio de inflación que oscila entre el 60 y el 90 por ciento mensual”, agregó Ochoa.
Si la inflación se mantiene estable, Venezuela podría terminar 2018 con una tasa anual de 100.000 por ciento, dijo Ochoa, utilizando la estimación de 80 por ciento diario compuesta durante el año.
Hanke dijo que la hiperinflación es tan inestable que es imposible predecir una tasa durante 12 meses.
La predicción del FMI no era más que levantar “un dedo mojado al viento”, añadió.
Pero por ahora está claro que el régimen de Maduro no está tomando ninguna medida para frenar la subida de los precios al consumo.
Es más, sus políticas en los últimos cinco años sólo han empeorado la economía y han provocado quejas de que Maduro está siguiendo los pasos de Zimbabwe. El país africano sufrió la segunda tasa de inflación más alta de la historia – 98,01 por ciento por día, lo que significa que los precios se duplicaron cada 24,7 horas.