Venezuela y Estados Unidos acuerdan reanudar vuelos de repatriación de migrantes: un giro en las relaciones bilaterales

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En marzo de 2025, Venezuela y Estados Unidos anunciaron la reanudación oficial de los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos desde territorio estadounidense. El acuerdo, que fue confirmado por ambas naciones, se produce en un contexto de creciente presión migratoria en la frontera sur de EE. UU. y en medio de un complejo entramado diplomático entre Washington y Caracas.

Esta decisión marca un nuevo capítulo en las relaciones bilaterales, que durante años han estado marcadas por sanciones, ruptura diplomática y tensiones políticas. Ahora, aunque sin un restablecimiento formal de vínculos consulares, ambas administraciones se han sentado a negociar una medida que impacta directamente a miles de personas que se encuentran en situación migratoria irregular.

A continuación, te presentamos los detalles del acuerdo, su trasfondo político, el impacto humanitario y lo que esta nueva cooperación representa para el futuro de las relaciones entre ambos países.

¿Qué establece el acuerdo?

El convenio entre Estados Unidos y Venezuela permite reanudar los vuelos directos de repatriación de migrantes venezolanos desde EE. UU. hacia Caracas, bajo condiciones previamente discutidas entre las delegaciones diplomáticas.

Puntos clave del acuerdo:

  • Los vuelos serán organizados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
  • Venezuela acepta recibir a nacionales deportados que se encuentren en situación migratoria irregular.
  • Se establecerá un protocolo de recepción humanitaria con asistencia de organismos internacionales como la OIM y ACNUR.
  • El acuerdo no implica restablecimiento pleno de relaciones consulares, pero sí una vía de diálogo funcional entre ambas partes.

El primer vuelo de repatriación tuvo lugar el 22 de marzo de 2025 y trasladó a 199 migrantes venezolanos, convirtiéndose en el primer operativo de este tipo en casi tres años.

Antecedentes: una diáspora en expansión

La crisis económica, política y social en Venezuela ha provocado una de las migraciones más grandes del continente americano. Más de 7,7 millones de venezolanos han salido del país desde 2015, según la ONU.

En Estados Unidos, la comunidad venezolana ha crecido exponencialmente. Muchos ingresaron a través de la frontera con México, impulsados por la esperanza de acogida bajo políticas de asilo o mediante programas como el parole humanitario.

Sin embargo, el aumento en los flujos migratorios y el cambio de clima político en EE. UU. han llevado al endurecimiento de políticas migratorias, con una presión creciente para reducir los ingresos irregulares.

Este acuerdo de repatriación responde a esa dinámica.

¿Por qué ahora?

Varios factores han influido en la firma de este acuerdo:

  1. Presión política interna en EE. UU.
    Los gobiernos estatales, especialmente en Texas y Florida, han exigido al gobierno federal mayores medidas para frenar la llegada de migrantes. La administración Biden ha sido criticada por la oposición republicana por su supuesta debilidad en el tema migratorio.
  2. Incremento de migración venezolana
    En los últimos meses, se ha registrado un aumento de venezolanos cruzando el Darién y solicitando asilo en EE. UU., lo que ha saturado los centros de procesamiento.
  3. Cambio de postura del gobierno venezolano
    A diferencia de años anteriores, Caracas ha mostrado mayor disposición a negociar ciertos temas técnicos con EE. UU., posiblemente motivado por el alivio parcial de sanciones y por razones humanitarias.
  4. Presión internacional
    Organismos como ACNUR y la OIM han promovido el establecimiento de canales legales y seguros de retorno, especialmente para personas en condiciones vulnerables.

Reacciones en Venezuela

Desde Caracas, el gobierno celebró el acuerdo como una señal de “cooperación humanitaria” y destacó la necesidad de que los venezolanos retornados reciban atención y oportunidades para reinsertarse en la sociedad.

El canciller Yván Gil declaró:

“Este acuerdo es una muestra de que, incluso con diferencias ideológicas profundas, podemos trabajar por el bienestar de nuestros pueblos. Todos los venezolanos tienen derecho a regresar a su patria”.

Sin embargo, organizaciones independientes han expresado su preocupación por la falta de planes concretos de reintegración y por el riesgo de que algunos repatriados puedan ser criminalizados o marginados al regresar.

Reacciones en Estados Unidos

La administración Biden ha defendido el acuerdo como una medida necesaria para ordenar la migración, y ha asegurado que se respetarán los derechos humanos de los repatriados. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) señaló:

“Estamos comprometidos con una política migratoria justa, pero también con la aplicación efectiva de nuestras leyes. Este acuerdo nos permite retornar a personas que no califican para asilo”.

Sin embargo, defensores de los derechos de los migrantes han expresado alarma por el acuerdo, afirmando que muchos de los repatriados podrían enfrentar persecución o condiciones inhumanas en Venezuela.

¿Qué implica para los migrantes?

El acuerdo ha generado incertidumbre entre miles de venezolanos que actualmente se encuentran en Estados Unidos en procesos migratorios pendientes o irregulares.

  • Quienes ingresaron sin autorización y no califican para protección, podrían ser deportados bajo este nuevo marco.
  • Quienes esperan asilo, temen que se aceleren los procesos de expulsión si no presentan pruebas contundentes.
  • Los que estaban bajo el programa de parole humanitario temen que el programa sea eliminado o recortado.

Abogados migratorios recomiendan a los venezolanos en EE. UU.:

  • Buscar asesoría legal lo antes posible.
  • No firmar órdenes de salida voluntaria sin conocer sus derechos.
  • Mantenerse informados sobre los cambios en las políticas de inmigración.

Implicaciones geopolíticas

Aunque es un acuerdo técnico, la reanudación de los vuelos de repatriación representa un acercamiento pragmático entre dos gobiernos con agendas profundamente opuestas.

Desde 2019, Estados Unidos reconoce oficialmente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y ha considerado ilegítimo al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, la necesidad de abordar temas migratorios y energéticos ha obligado a ambas partes a cooperar en ciertos puntos clave.

Este acercamiento también podría allanar el camino para:

  • Nuevas licencias comerciales en el sector petrolero.
  • Acuerdos de salud o asistencia humanitaria.
  • Restablecimiento parcial de relaciones consulares.

Aun así, no se espera una normalización completa de las relaciones a corto plazo.

Conclusión

La reanudación de los vuelos de repatriación de migrantes venezolanos desde Estados Unidos a Venezuela marca una decisión de alto impacto humanitario y político. Para muchos, representa una oportunidad de regresar al país con apoyo institucional. Para otros, una amenaza latente a su estabilidad y seguridad en el extranjero.

El acuerdo refleja que, más allá de los discursos ideológicos, los gobiernos están dispuestos a negociar cuando sus intereses lo requieren. Y pone sobre la mesa la necesidad urgente de políticas migratorias más humanas, transparentes y coherentes con los derechos fundamentales.

Venezuela, como país de origen de una diáspora gigantesca, y Estados Unidos, como país receptor, tienen la responsabilidad compartida de proteger a los migrantes, no solo cuando parten o llegan, sino también cuando regresan.

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