Venezuela rechaza acusaciones de Trump sobre supuesta “invasión” a EE. UU.: diplomacia, migración y confrontación electoral

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A mediados de marzo de 2025, el expresidente estadounidense Donald Trump, actualmente en campaña para regresar a la Casa Blanca, hizo una declaración explosiva que encendió el escenario internacional: acusó al gobierno venezolano de promover una “invasión” migratoria a Estados Unidos, sugiriendo incluso que muchos de los migrantes que cruzan la frontera sur son “delincuentes, militares y saboteadores entrenados por el chavismo”.

Las declaraciones fueron ampliamente difundidas por medios internacionales y generaron reacciones inmediatas tanto en Venezuela como en otros países de América Latina. Para el gobierno de Nicolás Maduro, estas acusaciones representan un nuevo acto de agresión política y desinformación, mientras que analistas internacionales las enmarcan en el contexto de la campaña electoral de Trump, donde la inmigración vuelve a ocupar el centro del debate.

En este artículo exploramos las implicaciones diplomáticas de las acusaciones, las respuestas del gobierno venezolano, el uso político de la migración como arma electoral y los riesgos de escalar la tensión entre ambos países.

¿Qué dijo exactamente Trump?

Durante un mitin en Arizona, uno de los estados más afectados por el flujo migratorio, Trump declaró:

“Miles de personas están cruzando nuestra frontera cada día. Y entre ellos, vienen soldados del régimen de Maduro, delincuentes, saboteadores. No es solo una crisis migratoria, es una invasión organizada. ¡Y viene desde Venezuela!”

El exmandatario agregó que, de ganar las elecciones presidenciales en noviembre de 2025, tomará “acciones firmes contra los países que estén detrás de esta invasión”, y mencionó sanciones, cierres fronterizos y medidas diplomáticas drásticas.

Estas afirmaciones fueron replicadas por varios medios conservadores y por figuras del Partido Republicano, elevando el tono del discurso antimigrante en EE. UU.

La respuesta de Venezuela: “una mentira peligrosa”

El gobierno venezolano respondió con rapidez. A través de un comunicado oficial emitido por la Cancillería, calificó las declaraciones de Trump como:

  • “Gravemente irresponsables”
  • “Racistas y xenófobas”
  • “Basadas en mentiras electorales”

El canciller Yván Gil fue tajante:

“Trump miente deliberadamente. Ni el Estado venezolano ni sus instituciones están detrás de ninguna operación migratoria masiva. Venezuela ha sido víctima de una guerra económica brutal, cuyas consecuencias han generado una diáspora forzada, pero jamás hemos promovido la migración irregular.”

Nicolás Maduro también respondió públicamente durante un acto oficial:

“Que no se atreva a acusar al pueblo venezolano de ser invasores. ¡Invasores son ellos, que han saqueado países enteros! Trump busca votos con odio y mentiras. No nos intimidará.”

¿Cuál es la realidad migratoria?

Según cifras actualizadas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 7,7 millones de venezolanos han abandonado el país desde 2015, debido a la crisis económica, política y social que atraviesa Venezuela.

De esos millones:

  • Unos 700.000 se encuentran en Estados Unidos, la mayoría en Florida, Texas y Nueva York.
  • Aproximadamente más de 150.000 ingresaron por la frontera sur en los últimos dos años, muchos a través del Tapón del Darién.

La mayoría son personas que buscan mejores oportunidades económicas, seguridad, acceso a salud y estabilidad, no “saboteadores” ni “soldados”, como afirma Trump.

Organizaciones como Human Rights Watch y ACNUR han señalado que esta migración responde a un contexto de emergencia humanitaria, no a una conspiración internacional.

El uso electoral de la migración

Analistas políticos coinciden en que las acusaciones de Trump forman parte de una estrategia electoral enfocada en avivar el miedo, fortalecer su base conservadora y presentarse como el único capaz de “recuperar el control” de las fronteras.

No es la primera vez que lo hace. En su campaña de 2016, acusó a México de enviar criminales a EE. UU. y prometió construir un muro. En 2020, centró su discurso en la “amenaza china”. En 2025, el foco parece ser Venezuela y la migración latinoamericana.

Este tipo de retórica ha generado división social, violencia simbólica y criminalización de comunidades enteras, en particular la comunidad venezolana que vive en EE. UU., que teme represalias o estigmatización.

¿Qué implicaciones tiene para las relaciones bilaterales?

Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos han estado rotas desde 2019. Sin embargo, en los últimos meses se han dado acercamientos puntuales, como:

  • El acuerdo para reanudar vuelos de repatriación de migrantes venezolanos.
  • La concesión de licencias para que empresas petroleras como Chevron operen bajo supervisión en el país.
  • Diálogos discretos sobre temas humanitarios y de migración.

Las declaraciones de Trump podrían poner en peligro estos canales si la administración Biden se ve presionada a endurecer nuevamente su política hacia Venezuela.

También podrían afectar el acceso a fondos de ayuda humanitaria, cooperación internacional e incluso las relaciones comerciales de terceros países con Caracas, si se reactiva una campaña internacional de presión.

¿Podría escalar la tensión?

Sí, y ya hay señales de ello:

  • En Venezuela, sectores del oficialismo han empezado a movilizarse contra “el imperio”, con discursos que recuerdan la era de sanciones de 2019-2021.
  • En EE. UU., figuras republicanas han exigido cierre de fronteras, más deportaciones y sanciones a aliados de Maduro.
  • Algunos medios conservadores han difundido noticias no verificadas que relacionan a migrantes venezolanos con delitos violentos.

En este contexto, el riesgo de una nueva escalada diplomática y propagandística es real, especialmente si las declaraciones de Trump se convierten en parte central de su agenda de campaña.

¿Cómo responde la comunidad venezolana en EE. UU.?

Muchos venezolanos que residen en Estados Unidos —especialmente en Florida— han expresado preocupación y rechazo a las declaraciones de Trump, aunque parte de esa comunidad aún lo apoya por su postura firme contra Maduro.

En redes sociales, cientos de migrantes han publicado testimonios sobre su situación:

  • Profesionales trabajando legalmente.
  • Familias separadas por la crisis.
  • Jóvenes en búsqueda de educación o refugio.

La etiqueta #SomosMigrantesNoInvasores se ha viralizado en Twitter y TikTok, como una forma de visibilizar que la mayoría de los migrantes venezolanos buscan construir, no destruir.

Conclusión

Las declaraciones de Donald Trump, al acusar a Venezuela de promover una “invasión migratoria” a Estados Unidos, constituyen un nuevo episodio de confrontación retórica y política que amenaza con entorpecer los tímidos avances en las relaciones entre ambos países.

Más allá del uso electoral del discurso antimigrante, es fundamental que se aborde el fenómeno migratorio con seriedad, humanidad y perspectiva de derechos humanos. La migración venezolana no es una estrategia geopolítica, es una consecuencia de años de crisis profunda.

Estigmatizarla solo profundiza el sufrimiento de millones y entorpece la búsqueda de soluciones reales.

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