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La vacunación es uno de los pilares fundamentales de la salud pública. En Venezuela, tras años de dificultades, los programas de inmunización están recuperando terreno en 2025 gracias a esfuerzos de organismos públicos, internacionales y del sector privado. Sin embargo, persisten retos importantes que deben ser enfrentados para garantizar una cobertura universal y proteger a toda la población de enfermedades prevenibles.
Analizamos en este artículo el estado actual de los programas de vacunación en Venezuela, sus logros recientes, los principales desafíos y las perspectivas de futuro.
El panorama de la vacunación en Venezuela en 2025
En los últimos años, Venezuela ha logrado importantes avances en el restablecimiento de su programa de vacunación, afectado severamente durante la crisis sanitaria y económica de la década anterior. Actualmente:
La cobertura de vacunación infantil ha mejorado, alcanzando cerca del 85% en esquema básico en niños menores de cinco años, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Se han realizado jornadas nacionales de vacunación masivas que incluyen inmunización contra sarampión, polio, difteria, rubéola y tétanos.
Campañas de vacunación contra el COVID-19, iniciadas en 2021, continúan en 2025 con refuerzos periódicos adaptados a nuevas variantes.
Programas especiales han sido implementados para vacunar a poblaciones de riesgo como adultos mayores, embarazadas, personal de salud y comunidades indígenas.
Se ha expandido el acceso a vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) para adolescentes, con el objetivo de reducir la incidencia de cáncer de cuello uterino.
Avances recientes en los programas de inmunización
Rehabilitación de la cadena de frío: Con apoyo internacional, Venezuela ha renovado parte de su infraestructura para el almacenamiento y transporte seguro de vacunas, vital para mantener su efectividad.
Alianzas estratégicas: El Ministerio del Poder Popular para la Salud ha establecido acuerdos con UNICEF, OPS y GAVI para el suministro continuo de vacunas esenciales.
Fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica: Se ha mejorado el sistema de notificación de enfermedades prevenibles por vacunas, permitiendo una respuesta más rápida ante brotes.
Jornadas de vacunación casa a casa: En zonas rurales y barrios de difícil acceso, brigadas móviles han llevado vacunas directamente a las comunidades.
Inclusión de nuevas vacunas: Se han introducido vacunas contra rotavirus, neumococo y meningococo en el esquema nacional de inmunización.
Principales desafíos para la vacunación en Venezuela
Cobertura desigual: Mientras en áreas urbanas la cobertura es relativamente alta, en zonas rurales y fronterizas persisten brechas significativas.
Falta de acceso a poblaciones vulnerables: Comunidades indígenas, migrantes internos y habitantes de zonas selváticas tienen menor acceso regular a los programas de vacunación.
Desinformación y resistencia: El auge de noticias falsas y mitos sobre las vacunas ha generado cierta resistencia en parte de la población, dificultando la aceptación de campañas de inmunización.
Problemas logísticos: A pesar de los avances, persisten dificultades para garantizar el suministro constante de vacunas en todo el país, debido a limitaciones de transporte, combustible y seguridad.
Escasez de personal capacitado: La migración de profesionales de salud ha generado déficit de vacunadores formados, lo que limita la capacidad operativa de las jornadas de inmunización.
Vacunas incluidas actualmente en el esquema nacional venezolano
BCG (contra tuberculosis).
Polio (IPV/OPV).
Pentavalente (difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, Haemophilus influenzae tipo b).
Rotavirus.
Neumococo conjugada.
Sarampión, rubéola y parotiditis (SRP).
Fiebre amarilla.
Hepatitis A (en zonas endémicas).
Virus del Papiloma Humano (VPH).
Vacuna COVID-19 y sus refuerzos actualizados.
Toxoide tetánico-diftérico para embarazadas.
Estrategias de fortalecimiento en marcha
Ampliación de centros de vacunación: Instalación de puntos fijos en escuelas, universidades, centros comerciales y plazas públicas.
Campañas de comunicación social: Utilización de redes sociales, radios comunitarias y medios tradicionales para sensibilizar a la población sobre la importancia de vacunarse.
Integración de la vacunación a otros programas de salud: Aprovechar consultas prenatales, controles de niño sano y campañas de salud para ofrecer vacunas.
Actualización tecnológica: Uso de sistemas digitales para el registro de vacunados, control de inventarios y planificación de jornadas.
Formación continua de personal: Cursos presenciales y online sobre técnicas de vacunación, manejo de cadenas de frío y comunicación efectiva con la comunidad.
El impacto de la vacunación en la salud pública
Reducción de enfermedades prevenibles: El resurgimiento del sarampión entre 2017 y 2019 mostró las consecuencias de la caída de la cobertura. Hoy, gracias a las campañas de vacunación, los casos han disminuido drásticamente.
Protección de los grupos más vulnerables: Niños, ancianos, embarazadas y personas inmunodeprimidas se benefician directamente de una alta cobertura de vacunación.
Fortalecimiento del sistema de salud: Un sistema de vacunación efectivo reduce la carga sobre hospitales y servicios médicos, permitiendo un mejor uso de los recursos disponibles.
Prevención de crisis sanitarias: Evitar brotes de enfermedades prevenibles es crucial para mantener la estabilidad social y económica del país.
El rol de la comunidad y las organizaciones sociales
En Venezuela, la participación comunitaria ha sido clave para el éxito de las campañas de vacunación:
Voluntariado de salud: Brigadas comunitarias apoyan las jornadas informando casa por casa y acompañando a los vacunadores.
Organizaciones no gubernamentales: ONGs como Cáritas de Venezuela y Save the Children apoyan con insumos, logística y campañas de sensibilización.
Iglesias y líderes comunitarios: Son aliados fundamentales para promover la aceptación de las vacunas en comunidades con resistencias culturales o religiosas.
Familias y redes sociales: La confianza en los vecinos, amigos y familiares vacunados juega un papel crucial en la decisión de vacunarse.
Perspectivas de futuro
Se espera que en los próximos años:
Se consolide una cobertura vacunal sostenida por encima del 90% en todo el territorio.
Se introduzcan nuevas vacunas, como la del dengue y actualizaciones contra variantes del COVID-19.
Se amplíen los programas de vacunación para adultos, especialmente contra enfermedades respiratorias y crónicas.
Se fortalezca la producción local de vacunas en colaboración con países aliados.
Se mejore la integración de la vacunación con programas de salud integral, asegurando un enfoque de atención primaria más sólido.
Conclusión
En 2025, Venezuela avanza con pasos firmes en la recuperación de sus programas de vacunación. Aunque los desafíos son importantes, la voluntad de las autoridades sanitarias, el apoyo internacional, el compromiso de los trabajadores de salud y la participación activa de la comunidad hacen posible visualizar un futuro donde las enfermedades prevenibles por vacunas sean cada vez menos una amenaza.
Vacunarse es un acto de responsabilidad individual y colectiva. Fortalecer los programas de inmunización es proteger la vida, el bienestar y el futuro de todos los venezolanos.