Violencia obstétrica en Venezuela: una realidad silenciada que afecta la salud de miles de mujeres

imagen:https://www.nuevatribuna.es/media/nuevatribuna/images/2022/08/03/2022080321544783980.jpg

La violencia obstétrica es una forma específica de violencia de género que ocurre durante el embarazo, el parto o el postparto, cuando los derechos de las mujeres son vulnerados por parte del personal sanitario, las instituciones de salud o el sistema en general. En Venezuela, esta problemática ha ganado notoriedad en los últimos meses, especialmente en marzo de 2025, a raíz de testimonios virales en redes sociales y reportes de organizaciones feministas.

Aunque no es un fenómeno nuevo, la falta de estadísticas oficiales, de protocolos institucionales y de canales de denuncia eficaces ha permitido que esta forma de violencia continúe afectando a mujeres de todas las edades y regiones del país. En muchos casos, con consecuencias físicas y psicológicas graves.

Este artículo expone la situación actual de la violencia obstétrica en Venezuela, los factores que la perpetúan, las historias reales detrás de las cifras invisibles, y las acciones necesarias para erradicarla y garantizar una maternidad respetada.

¿Qué es exactamente la violencia obstétrica?

Según la definición adoptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y utilizada por múltiples países de América Latina, la violencia obstétrica incluye:

  • Trato humillante, deshumanizado o negligente durante el parto.
  • Procedimientos médicos innecesarios o no consentidos (como episiotomías, cesáreas o tactos múltiples).
  • Retiro injustificado del recién nacido a la madre.
  • Falta de información clara y accesible sobre los procedimientos realizados.
  • Impedimento del acompañamiento en el trabajo de parto.
  • Burlas, regaños o amenazas al momento del alumbramiento.

En Venezuela, estos comportamientos se han naturalizado en muchos hospitales públicos y clínicas privadas, y no suelen ser reconocidos ni denunciados formalmente.

Casos recientes que han sacudido la opinión pública

En marzo de 2025, al menos cuatro denuncias públicas por violencia obstétrica circularon en redes sociales, generando un fuerte debate en la sociedad venezolana. Entre ellos destaca el caso de Yuleika, una joven madre de 22 años en Maracay, quien relató:

“Me dejaron gritando sola durante 3 horas. Cuando pedí que me explicaran qué pasaba, una enfermera me dijo ‘tú pariste sola, ahora aguanta’. Me suturaron sin anestesia. Nadie me preguntó si quería que mi mamá estuviera conmigo.”

Historias similares han sido reportadas en hospitales de Caracas, Anzoátegui, Lara y Zulia. Muchos de estos relatos coinciden en tres elementos: negligencia, violencia verbal y trato despersonalizado.

¿Por qué ocurre la violencia obstétrica en Venezuela?

La violencia obstétrica no es un fenómeno aislado, sino el resultado de múltiples factores estructurales y culturales que convergen:

  1. Colapso del sistema de salud
    La escasez de insumos, la sobrecarga del personal, la falta de protocolos modernos y la precariedad institucional generan condiciones propicias para el maltrato.
  2. Falta de formación en derechos reproductivos
    Muchos profesionales de la salud no reciben capacitación en parto humanizado ni en atención con enfoque de género.
  3. Normalización cultural
    Frases como “tú pariste sola” o “si abriste las piernas para hacerlo, ahora aguanta” reflejan actitudes machistas profundamente arraigadas en el imaginario colectivo.
  4. Ausencia de canales de denuncia eficaces
    Las mujeres que intentan denunciar son ignoradas, revictimizadas o incluso amenazadas. No existe una línea nacional exclusiva ni registros estadísticos.

Impacto físico y emocional

La violencia obstétrica puede dejar secuelas severas a corto y largo plazo. Entre ellas:

  • Dolor crónico, infecciones, desgarros mal suturados o hemorragias no tratadas adecuadamente.
  • Trastornos de ansiedad, depresión postparto, estrés postraumático o miedo a futuros embarazos.
  • Ruptura del vínculo madre-bebé, cuando se impide el contacto piel con piel.
  • Pérdida de confianza en el sistema sanitario.

“Parí hace un año y aún tengo pesadillas con lo que viví. No me sentí madre, me sentí maltratada”, confiesa Maribel, de 29 años.

¿Qué dice la ley venezolana?

En Venezuela, la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aprobada en 2007, reconoce la violencia obstétrica como un delito, pero en la práctica:

  • No existen protocolos judiciales claros para procesarla.
  • No hay fiscalías especializadas en salud reproductiva.
  • Ningún caso ha terminado en sentencia condenatoria.

Es decir, la ley existe, pero no se aplica. Y sin justicia, la impunidad perpetúa el ciclo.

Iniciativas ciudadanas y feministas

A pesar de la falta de apoyo estatal, organizaciones de mujeres han creado redes de apoyo, orientación y acompañamiento legal. Algunas de las más activas son:

  • Tinta Violeta
  • Faldas R
  • Mujeres en Lucha
  • Mujer y Ciudadanía

Estas ONG ofrecen:

  • Espacios para contar y documentar experiencias.
  • Apoyo emocional postparto.
  • Campañas educativas sobre parto respetado.
  • Asistencia jurídica básica para casos graves.

Además, han impulsado una campaña digital bajo el lema:
#ParirSinViolenciaEsTuDerecho

¿Qué debe cambiar para erradicar la violencia obstétrica?

Erradicar esta forma de violencia requiere voluntad política, reformas institucionales y cambios culturales profundos. Algunas medidas urgentes son:

  1. Capacitar al personal de salud en derechos sexuales y reproductivos, parto humanizado y empatía.
  2. Crear protocolos obligatorios en hospitales públicos y privados, con enfoque en la dignidad de la paciente.
  3. Habilitar canales de denuncia rápidos y seguros, como una línea telefónica nacional.
  4. Monitorear y auditar prácticas hospitalarias, con participación ciudadana.
  5. Educar a la sociedad sobre la importancia de una maternidad respetada, libre de violencia.

“El parto debe ser un acto de vida, no de trauma. Las mujeres no deben temer ir al hospital a dar a luz”, subraya la obstetra Yasmín Rodríguez, con más de 30 años de experiencia.

Conclusión

La violencia obstétrica es una forma cruel y dolorosa de agresión institucionalizada que, en Venezuela, sigue siendo invisible para las estadísticas y silenciada en las instituciones. Pero las voces de las mujeres están comenzando a romper el silencio, y con ello, abren la posibilidad de transformar el sistema.

No se trata solo de mejorar la infraestructura hospitalaria. Se trata de reconocer a las mujeres como sujetas de derechos, con autonomía y dignidad, incluso —y sobre todo— en el momento más vulnerable: dar a luz.

Porque una sociedad que calla ante la violencia obstétrica, es una sociedad que falla en proteger la vida desde el primer momento.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *